Última salida primaveral 2011


20 de junio de 2011

Domingo 19 de junio, la disposición es perfecta, el día a amanecido caluroso, y la carretera me espera.......
el motor tose, sin renunciar a otro ratito de descanso, pero el acelerador le inyecta el ánimo necesario para comenzar la singladura, los guantes en las manos, el pañuelo al cuello y el chaleco luciendo ala espalda el símbolo de los cabaleiros, podemos lanzarnos a la carretera.

Poco a poco, los chalecos se van reuniendo, las manos desnudas se fusionan en saludos deseados, todo se dispone para una nueva ruta, el ruido despierta a los más perezosos y de los árboles de la plaza salen asustados algunos gorriones, nos vamos.

Tomamos la dirección no muy bien acordada, puerto de Galapagar, las subida es tranquila, sin comentario posible, los verdes lo inundan todo...... el pantano está rebosando, de agua y de los madrugadores bañistas, hay alguna sombrilla en las playas de la orilla, los fresnos lucen sus nuevas hojas que brillan bajo el pausado vuelo de las cigüeñas, levanto la vista hacia Abantos, el amarillo de las escobas llena de colorido su silueta y el frescor de los sauces nos refresca el rostro y los brazos, comenzamos a subir la Cruz Verde entre los robles que esconden el Monasterio acariciado por los rayos de sol, cada vez más poderosos.

Las curvas de La Paradilla se llenan de motos de coches y de ciclistas, al cruzar el Cofio me quedo solo y camino entre los pinos como si no existiera nada, las sombras dejan pasar algo de luz entre los troncos rojizos, en los primero prados abulenses unas limusinas pacen despreocupadas mientras los terneros se asustan a nuestro paso, las cabras de la derecha se muestran indolentes buscando brotes tiernos de las zarzamoras....

Vaya, no paramos en el Magalia, continuamos entre el olor del heno recien segado, al salir de La Cañada el olor a sierra llena el ambiente los piornos serranos lucen majestuosos con sus diminutas flores amarillas intentando salir al nuevo día, los aerogeneradores nos indican el final del puertecillo, la carretera discurre por la cuerda para que apreciemos la magnitud de estas pequeñas sierras, Ávila al fondo, pero, nos vamos al Puerto del Boquerón........

La subida es repentina, no te permite ni un momento de anticipación, pero las ruedas se enganchan al descarnado asfalto, una avileñas nos salen por la derecha, sólo el semental cruzado de charolais  nos observa nuestro paso, si la subida es repentina, la bajada es espectacular, vamos bajando el valle, y desde el cielo una pareja de aguiluchos enseñan a su polluelo las técnicas de vuelo, chocando sus alas y enseñando sus garras......

Al pasar el puente de un seco arroyuelo, un lagarto verdinegro se arrastra herido hacia la cuneta, los tejados del Herradón y la bandera republicana de la parada del autobús nos reciben, en su fuente de cinco caños refrescaremos los cuerpos y en el bar del Negro refrescaremos las gargantas, las inscripciones de los dinteles nos trasladan a otros tiempos, donde las monturas no eran de hierro y lo único que rodaba eran los carros de los carreteros y alguna piedra de molino harineros.

Dejamos atrás su puentecillo de un ojo en lomo de asno y su iglesia de portada gótica con pináculos de bolas y torre con tejadillo a cuatro aguas, salimos por la ermita camino de La Cañada por un puertecillo pronunciadísimo, a lo lejos las primeras casas, los potrillos buscan a sus madres asustados como los terneros......

Regresamos buscando de nuevo los pinares, los robles y los fresnos, a nuestras espaldas se quedan los piornos, las vacas pastando y los barbos nadando en las cristalinas aguas de la fuente, con nosotros siempre viajaran las curvas del Puerto del Boquerón pues nos llevamos los olores y los colores del último domingo de la primavera............


http://www.youtube.com/watch?v=pe85iY-qh4U&feature=related


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